Archivo de la categoría: liderazgo

El techo de cristal que sigue y sigue

Sirva esta pequeña reseña en mi blog personal para reconocer el trabajo y la entrega de una mujer brillante que después de aprobar sus oposiciones a abogada del Estado se decidió a hacer algo por cambiar las cosas a su alrededor.

Su decisión, lealtad y su incansable tarea ha sido un ejemplo para muchas mujeres que creíamos que esta vez sí, esta vez una mujer llegaría a romper ese techo de cristal que descorazona y desanima porque es duro y está firmemente anclado a una sociedad que aún no se ha decidido a dar una oportunidad a las mujeres.

Si ella con su curriculum, habiendo ganado en las urnas que recogieron los votos de los afiliados de base que un jueves, teniendo que pedir en muchos casos permiso en su trabajo o dejando a los niños en casa de un amigo del cole, no ha ganado la batalla final, la reflexión es obvia: el techo de cristal sigue ahí.

Al menos ha conseguido visualizar que algunos de los hombres a los que ha puesto en su sitio más de una vez han sentido su posible liderazgo como una amenaza. Sobre esto reflexionaré en clase con mis alumnos a los que aún les explico que es posible una sociedad donde se valore más la capacidad que la imagen. Claro que también añado que la imagen es imprescindible para conseguir una posición desde la que esa capacidad pueda ser ejercida.

Quizás si en el Congreso del Partido Popular se hubieran votado los curriculum sin foto habría sido otro el resultado. Y si hubieran votado todos los afiliados también.

Ahora toca felicitar al ganador y desearle muchos éxitos. Seguro que pondrá todo su empeño en ello.

www.laverdad.es/nacional/soraya-saenz-santamaria-perfil-20180721134312-ntrc.html

Ganar elecciones requiere su tiempo

Se puede leer mucho en medios especializados sobre cómo organizar una campaña electoral pero de qué sirve si no conseguimos ganar unas elecciones. A nivel empresarial sería lo mismo trasladado a una campaña de publicidad. Conseguir los objetivos es lo que define si una campaña ha sido eficaz.

Una campaña es buena si tiene un buen candidato, buenas fotos, buenos mensajes y buenas propuestas. Pero si no hay votos de poco servirá. Las elecciones se ganan con votos y detrás de cada voto hay una persona que se mueve por emociones a la hora de dar su confianza a un candidato.

Es un trabajo a pie de calle, puerta a puerta, el que consigue conquistar corazones. Campaña de tierra como llaman en México a la movilización electoral que debe comenzar a definirse un año antes de las elecciones. Movilización puerta a puerta se ha llamado siempre en España.

El candidato es el líder y como tal es el máximo responsable de la estrategia de su campaña. Su implicación es decisiva y armar un equipo a su alrededor para que le acompañe y le asesore es el primer paso. Identificar a los votantes y más especialmente a los que van a votar y a los simpatizantes es una labor que requiere tiempo y sobre todo compromiso para mantener el contacto.

Conquistar el voto lleva tiempo y puede ser mucho. Porque para saber persuadir antes hay que saber escuchar.

Las campañas digitales son un complemento de las campañas tradicionales porque ni todos los votantes tienen internet ni dan su confianza a un candidato que desde el despacho envia un video por wasap.

A un año de las elecciones municipales y autonómicas sería el momento adecuado para definir una estrategia y organizar, formar, motivar y seducir a un ejército de afiliados y simpatizantes que son los verdaderos protagonistas en una campaña electoral. Pero siempre habrá quien tenga otra opinión.

Política y elecciones

Comunicación estratégica y liderazgo para Graduados Sociales


El Colegio de Graduados Sociales de la Región de Murcia y la Universidad Camilo José Cela, a través de CIGMAP, han firmado un acuerdo de colaboración para impartir el curso de Especialista en comunicación estratégica y liderazgo. En la firma el Presidente del Colegio, Sr. José Ruiz, y la coordinadora del curso, Sra. María José Nicolás, profesora de la Universidad Camilo José Cela y directora de Aprezzia.

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Cómo afrontar la adversidad: zanahoria, huevo o café

Que la vida es dura no es nada nuevo en el universo. Es dura a los dos años cuando aún te caes al andar. Aún más cuando a los 5 tienes que vértelas en el cole con algún compañero que te quiere quitar los lápices. En la adolescencia, en la juventud y más tarde cuando acabas tus estudios y tienes que enfrentarte a todo eso que se llama mundo y que hasta ese momento no te has planteado descubrir.

Hay etapas en las que **estás tan ocupado en sacar adelante una familia y desarrollar plenamente tu profesión que no te paras ni a pensar cómo afrontar los desafíos y las adversidades**. Lo más fácil es catalogar a las personas como blandas o duras. A veces te dicen «tú eres fuerte» como queriendo darte ánimos y lo que hacen es generarte más ansiedad.

Por fin te das cuenta que **no hay solo dos categorías de personas, las blanditas y las fuertes.** Las que se vienen abajo frente a los problemas, pero no cualquier problema, sino de esos problemas que marcarán tu futuro y tu forma de vida, vamos, lo que viene a llamarse situaciones muy difíciles, serían las blanditas. A estas las llamaremos zanahorias porque se deshacen si las hierves un poco.

Luego estarían las duras, esas que con el tiempo se vuelven más enteras y fuertes. Como los huevos, que si los hierves se endurecen y cambian de forma y hasta de color.

Pero en el video que os dejo a continuación encontraréis otra forma de afrontar esos momentos adversos, en los que parece que todo se nos viene encima. Porque sí, **hay días en los que uno piensa que es mejor no existir**, todo nos sale mal, todo se derrumba, a nuestro alrededor no encontramos donde apoyarnos. Desilusión, desencanto, desesperación, personas que te defraudan, esperanzas frustradas.

Pues aquí es donde **uno puede ser un grano de café.** Un simple, pequeño y común grano de café que cuando lo hierves consigue transformar el agua en una deliciosa bebida, café. Esta es la otra opción, cambiar lo que nos rodea.

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Ghandi iba más allá y dijo que **para cambiar el mundo hay que empezar por uno mismo**.

Así que a reflexionar: Si queremos cambiar lo que nos rodea quizás deberíamos empezar por dejar de ser un huevo o una zanahoria.

Ghandi

El último gran discurso de Obama

En el último discurso del Presidente Obama sobre el Estado de la Unión me han llamado la atención algunas ideas por la importancia que tienen no solo para EEUU sino para el mundo. Es la forma en la que los americanos conciben su propia realidad y nos dice mucho de su forma de entender la vida. Cuando parece que se ha alcanzado un acuerdo entre **EEUU y Rusia** para la primera **tregua en la guerra de Siria** que entrará en vigor en los próximos días merece la pena saber cómo siente el pueblo estadounidente en palabras de su Presidente.

**Reproduzco aquí algunos párrafos del discurso** que se puede consultar íntegro en la web de The White House:

“**Vivimos en una época de cambios extraordinarios**: cambios que están redefiniendo la manera en la que vivimos, la manera en la que trabajamos, nuestro planeta y el lugar que ocupamos en el mundo. Es un cambio que promete increíbles avances médicos, pero también perturbaciones económicas que presionan a las familias trabajadoras. **Promete educar a niñas en las aldeas más remotas, pero también conecta a los terroristas que conspiran contra nosotros desde el otro lado del océano**. Es un cambio que puede ampliar oportunidades o ampliar desigualdades.

Como dijo Lincoln, no nos aferramos a los “dogmas del pasado sereno”, sino que pensamos y actuamos de forma innovadora. Hicimos que el cambio trabajara en nuestro beneficio, siempre extendiendo la promesa de Estados Unidos hacia afuera, a la siguiente frontera, a más y más personas. Y, como lo hicimos, **como vimos oportunidades donde otros vieron tan solo peligros, nos hicimos más fuertes y mejores que antes.**

Así que hablemos sobre el futuro y sobre **cuatro preguntas clave que tenemos que responder como país,** independientemente de quién sea el próximo Presidente o quién controle el Congreso.

Primero, ¿cómo le damos a cada uno una posibilidad justa de tener oportunidades y seguridad en esta nueva economía?
Segundo, ¿cómo haremos para que la tecnología juegue a nuestro favor y no en nuestra contra, especialmente cuando se trata de resolver los desafíos más urgentes como el cambio climático?
Tercero, ¿cómo haremos para garantizar la seguridad de Estados Unidos y liderar el mundo sin convertirnos en la policía mundial?
Y por último, ¿cómo haremos para que nuestra política refleje nuestras mejores virtudes en vez de nuestros peores defectos?

Obama

He dicho antes que todo el discurso sobre la decadencia económica de Estados Unidos es pura palabrería política. Y también lo es la retórica que oyen acerca de que nuestros enemigos son cada vez más fuertes y Estados Unidos cada vez más débil. Estados Unidos de América es la nación más poderosa de la Tierra. Punto. Ni siquiera está cerca. Gastamos más en nuestras fuerzas militares que las siguientes ocho naciones juntas. Nuestras tropas son las mejores fuerzas de combate de la historia del mundo. Ninguna nación se atreve a atacarnos, ni a nosotros ni a nuestros aliados, porque saben que eso les llevaría a la ruina.

Las encuestas demuestran que nuestra posición en el mundo es mejor que cuando salí elegido para este cargo, y cuando se trata de asuntos internacionales importantes, la gente del mundo no busca ayuda en Pekín o Moscú —nos llaman a nosotros.

A pesar de sus convenios económicos, **Rusia vuelca sus recursos para apuntalar a Ucrania y Siria**, estados que se les escapan de su órbita. Y el sistema internacional que creamos después de la Segunda Guerra Mundial ahora le está costando seguir el ritmo de esta nueva realidad.

**Depende de nosotros ayudar a rehacer ese sistema**. Y eso significa que tenemos que establecer prioridades.

La **prioridad número uno es la protección del pueblo estadounidense y la persecución de las redes terroristas.** Tanto Al Qaeda como ahora ISIL representan una amenaza directa contra nuestro pueblo, porque en el mundo actual, un puñado de terroristas que desprecian el valor de la vida humana, incluso de la propia, pueden hacer mucho daño. Usan Internet para envenenar las mentes de los individuos dentro de nuestro país y debilitan a nuestros aliados.

Pero a medida que nos centramos en la destrucción de ISIL, **afirmar que esta es la Tercera Guerra Mundial es entrar en su juego. Masas de combatientes montados en camionetas y almas retorcidas que conspiran en apartamentos o garajes resultan un gran peligro para los civiles y deben ser detenidos, pero no son una amenaza para nuestra existencia nacional.** Esa es la historia que ISIL quiere contar; es el tipo de propaganda que ellos usan para reclutar.

No necesitamos darles más publicidad para mostrar que somos serios, ni necesitamos alejar aliados vitales en esta lucha haciéndonos eco de la mentira de que ISIL representa una de las religiones más grandes del mundo. Solo tenemos que llamarles lo que son: asesinos y fanáticos que tenemos que localizar, perseguir y destruir.
**Cuando alguien ataca al pueblo estadounidense, vamos a por ellos.** Puede llevar tiempo, pero tenemos buena memoria y nuestro alcance no tiene límites.

Tampoco podemos intentar hacernos cargo y reconstruir cada país que entre en crisis.

Estados Unidos siempre entrará en acción, de ser necesario por su propia cuenta, para proteger a nuestro pueblo y a nuestros aliados; pero con respecto a los temas de interés global, **movilizaremos al mundo para que trabaje con nosotros, y nos aseguraremos de que otros países pongan de su parte.**

Así es como vemos los conflictos como el de Siria, donde nos hemos unido a las fuerzas locales y estamos liderando esfuerzos internacionales para ayudar a esa sociedad descompuesta a conseguir una paz duradera.
Por ese motivo creamos una coalición global con sanciones y una diplomacia de principios para evitar que Irán tuviera armas nucleares. Mientras hablamos, Irán ha dado marcha atrás a su programa nuclear, ha remitido su arsenal de uranio y el mundo ha evitado otra guerra.

El liderazgo de Estados Unidos en el siglo XXI no es una elección entre no hacer caso al resto del mundo, excepto cuando asesinamos a terroristas; u ocupar y reconstruir cualquier sociedad que se esté desmoronando. El liderazgo significa saber usar sabiamente la fuerza militar y movilizar al mundo detrás de las causas justas. Significa tratar la asistencia al extranjero como parte de nuestra seguridad nacional, no una beneficencia. Cuando estamos a la cabeza para guiar a casi 200 naciones hacia el acuerdo más ambicioso de la historia en la lucha contra el cambio climático, eso ayuda a los países vulnerables, pero también protege a nuestros hijos. Cuando ayudamos a Ucrania a defender su democracia, o a Colombia a resolver una guerra que ha durado décadas, eso fortalece el orden internacional del cual dependemos. Cuando ayudamos a los países africanos a alimentar a sus pueblos y a cuidar a sus enfermos, eso ayuda a evitar que la próxima pandemia llegue a nuestras costas. Ahora mismo estamos encaminados a dar fin al flagelo del VIH/SIDA y tenemos la capacidad de conseguir lo mismo con la malaria, lo cual voy a promover para que lo financie el Congreso este año.

Eso es fuerza. Eso es liderazgo. Y ese tipo de liderazgo depende del poder de nuestro ejemplo.

Esto me lleva al cuarto punto, y tal vez lo más importante que quiero decir esta noche.

El **futuro que queremos, oportunidad y seguridad para nuestras familias, un nivel de vida cada vez mayor y un planeta sustentable y en paz para nuestros hijos**; todo eso está a nuestro alcance. Pero solo ocurrirá si trabajamos juntos. Solo ocurrirá si podemos mantener debates racionales y constructivos.

Solo ocurrirá si arreglamos nuestra política.

**Una política mejor no significa que tengamos que estar de acuerdo en todo.**
Nuestra vida pública se marchita cuando solo reciben atención las opiniones más extremas.
Hay mucha gente en esta cámara que querría ver más cooperación, un debate más elevado en Washington, pero se sienten atrapados por la presión de verse reelegidos. Lo sé, ustedes me lo han dicho. Y si queremos que la política mejore, no valdrá solo con cambiar a un congresista o a un senador, o incluso a un presidente; tenemos que cambiar el sistema y mostrar nuestro lado más positivo.

**Es más fácil ser cínicos; aceptar que el cambio no es posible, que no hay esperanza en la política** y creer que nuestras voces y acciones no importan. Pero si nos rendimos ahora, cedemos un futuro mejor. Aquellos con dinero y poder ganarán más control sobre las decisiones que podrían mandar a un joven soldado a la guerra, o dejar que ocurra otro desastre económico, o perder los derechos de igualdad y los derechos de voto que generaciones de estadounidenses han conseguido con su lucha e incluso con sus vidas. A medida que aumente la frustración habrá voces que nos pedirán que nos refugiemos en nuestras tribus, que otros conciudadanos sean el chivo expiatorio, un grupo que no se parezca a nosotros, o que no rece como nosotros, o que no vote como nosotros ni comparta los mismos orígenes.

No podemos permitirnos elegir ese camino. No nos dará la economía que queremos, ni la seguridad que buscamos, pero sobre todo contradice todo lo que nos define como la **envidia del mundo**.

Permanecer activos en nuestra vida pública para que refleje la **bondad, la decencia y el optimismo** que veo en el pueblo estadounidense cada día.

Lo veo en el estadounidense que cumplió una condena y que sueña con empezar de nuevo, y en el propietario de un negocio que le da esa segunda oportunidad. El activista empeñado en demostrar que la justicia importa, y el joven policía que hace sus rondas, que trata a todos con respeto, que hace el trabajo valiente y callado de mantenernos seguros.

Lo veo en la señora mayor que esperará en fila para votar el tiempo que sea necesario; el nuevo ciudadano que vota por primera vez; **los voluntarios en las urnas que creen que cada voto debería contar, porque cada uno de ellos sabe de una manera u otra lo preciado que es ese derecho.**

Ese es el Estados Unidos que yo conozco. Ese es el país que todos amamos. Con la mirada perspicaz. Con el corazón grande. Con el optimismo de que la **verdad desarmada y el amor incondicional tendrán la última palabra**. Eso es lo que me hace tener tanta esperanza en nuestro futuro. Por ustedes. Creo en ustedes. Por eso puedo ponerme aquí de pie, con la confianza de que el Estado de la Unión es fuerte.

Gracias, que Dios los bendiga y que Dios bendiga a Estados Unidos de América.

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