**Alemania ha decidido empezar a denegar ayudas sociales a los inmigrantes europeos que no llegan a trabajar sino a beneficiarse de una renta social** de aproximadamente 400 euros y que llega a ampliarse con la concesión de una vivienda social en casos de familias con hijos. El problema ha surgido cuando se ha denegado una ayuda a una mujer rumana y su hijo que llevan varios años viviendo allí, en casa de un familiar, sin demostrar que esté haciendo nada por encontrar un empleo.
La reciente entrada de Rumanía en la UE ha provocado una **entrada masiva de extranjeros comunitarios en Alemania, muchos buscando trabajo, pero otros parece ser que no. Cuando un cirujano gana unos 800 euros en Rumanía tener acceso a ayudas sociales de 400 euros o más en el país vecino es una opción para muchas personas sin cualificación profesional.
No está claro cómo se va a comprobar si se da fraude en el acceso a estas ayudas pero lo que ya han dicho las autoridades alemanas es que **Europa no es una unión social sino económica y que no pueden hacer frente a lo que parece ser una avalancha de solicitudes de ayudas.**
Así que han decidido **expulsar a los extranjeros que no consigan trabajo en 6 meses.** La medidas se estima que afecta a unos 12.000 españoles que perciben estas rentas sociales en concepto de ayudas al alquiler o alimentos, muchas veces como complementos a los salarios bajos de los «minijobs». La justicia europea se ha pronunciado a través del abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Melchior Whatelet, que ha avalado la denegación de ayudas sociales a ciudadanos de otros estados miembros de la UE que viajan al país con el único objetivo de beneficiarse de estas prestaciones, y aunque este dictamen no es vinculante para el Tribunal de Justicia, sus recomendaciones se siguen en el 80% de los casos.
Los alemanes han dado el primer paso para **prevenir los riesgos que este denominado «turismo social”** procedente de los países más pobres de Europa, Bulgaria y Rumanía, está provocando.
Al margen de esto me cuentan que en la frontera española con Francia actúan grupos de ciudadanos rumanos organizados que atracan a los turistas en los peajes de la autopista, pinchándoles las ruedas de los vehículos y desvalijándolos después. Los Mossos no dan a basto y la situación es preocupante.
Así que más vale que la UE se ponga las pilas para prevenir estas situaciones.
Y ante todo esto resulta paradójico que precisamente en las últimas elecciones a la Unión Europea celebradas en mayo los países más pobres y que más ayuda necesitan son en los que más indiferencia han mostrado a la hora de votar.